jueves, 30 de junio de 2016

Mi dulce enemiga

¿Enemiga tú?… ¡Sí tú!... ¡Tú, a la que he maldecido miles de veces!, aún cuando no te conocía... Tú, a la que muchas veces odié con toda las fuerzas de mi ser...
¡Tú, a la que mate miles de veces con sadismo con salvajismo, torturándote con lo peor que pudiera imaginar!... Despertaste lo peor que hay dentro de mi... ¡Mis peores sentimientos salieron cuando supe que existías!
Desde ese momento supe que eras mi peor castigo... Pero no, fuiste más que eso... ¡Te convertiste en mi infierno, en mi cruel verdugo!… Y aunque nunca lo dije... Yo sabía que terminarías por arrebatarme lo que tanto amaba... Tú jamás has sabido el daño tan terrible que me hiciste, sin ni siquiera haberme conocido y aún cuando yo no conocía tú rostro yo te imaginaba... ¡Ante mis ojos eras una bruja! ¡Sí una cruel y despiadada bruja!... ¡Una ladrona, una vil ladrona!
Si supieras cuantas noches por pensar e imaginarte, me quedé dormida llorando y otras tantas sin poder dormir desgarrándome de dolor… ¡Pidiéndole a Dios que me permitiera conocerte para saber como eras!… Quería conocer a mi enemiga… Pues sabía que te llevarías mi más grande tesoro... Y mira como son las cosas… Dios me escuchó… Y por fin te conocí… Por fin vi tu rostro… Por fin conocí a la ¡usurpadora!, pero cuando por fin lo hice ya era tarde… Ya tenías lo que por mucho tiempo había guardado, cuidado y amado con y todas las fuerzas de mi ser…
¡Aún en ese momento eras la mujer más cruel del mundo! ¡Quería hacer realidad mis más bajos pensamientos!... ¡Quería matarte desaparecerte!… No lo hice… Y sabes ¿por qué? Porque tu mirada me regresó a la realidad… Tú no eras la bruja, la usurpadora… no eras todo aquello que yo imaginé… Ya no eras solo odio, ahora tenías un rostro, sí un rostro que jamás imaginé, que jamás esperé…
Me pregunté ¿cómo le hiciste?, ¿que armas portabas?… ¿cómo era posible que en abrir y cerrar de ojos me quitaste mis sueños, mis ilusiones?… Ya no había nada que ahora tú irías borrando mi rostro... Tú y solo tú fuiste la única que logró borrarme de su mente.
Entonces ya no era odio lo que sentía, más bien se fue convirtiendo en agradecimiento...
Si suena loco, lo sé, pero ¿cómo podía odiar a quien tendrá por siempre lo que tanto amo? ¿Cómo?... ¿Cómo podría siquiera maldecirte, cuándo sé que mi odio llegaría hasta él?, ¿cómo podría matarte cuando sé que moriría él contigo?
¡No!… No tengo corazón para hacerle daño… Tú portaste un vestido de novia con el cual yo soñé muchas veces, a ti te dio un anillo que simboliza una promesa de amarse hasta la muerte… Lo que no saben ambos es que ese anillo para mi simboliza rezar todas las noches porque tú lo trates bien, para que jamás lo lastimes…
Él se merece todo lo mejor de la vida, y si esa vida es a tu lado, no me importa lo acepto con mucho gusto, quiero que sea inmensamente feliz, pues no me queda más que agradecerte y pedirte que lo ames más que yo, que jamás lo humilles como muchas veces lo hice yo… Con esa condición me alejé de él… Por esa razón jamás sabrás de mí, al menos por mi cuenta… Yo te maté en pensamientos... Pero tú... Tú si lo hiciste real… Así que tenemos una deuda pendiente, tú lo amas más que a tu vida… Y yo, sigo muerta en vida…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario