Cuando la noche llega el dolor me domina,
ya no tengo el consuelo de su voz cantarina,
ya no tengo los besos de su boca risueña,
ya no tengo sus risas ¡me dejó mi pequeño!
Me dejó, lo recuerdo con angustia infinita
y mi memoria sangra y mi fe se marchita,
¡hijo, yo quiero irme contigo!
¡quiero verte y otra vez en mis brazos, tenerte!
¡hijo mío! tesoro de la vida…
te arrebató la muerte, villana y tenebrosa
al claror impreciso de trágica alborada;
te arrebató despacio, cautelosa, silenciosa…
¡Hijo..! acude a mis ojos en raudales el llanto
me horroriza la noche; siento infinito espanto
arde mi rostro… sufro… me palpitan las sienes
y te llamo, te llamo… pero tú ya no vienes
tú yaces en el sitio donde todo reposa
en el frío y oscuro recinto de tu fosa
tú, el que eras muñeco de divinos colores
a la tierra volviste bajo un montón de flores
y al cubrirse tu fosa, con la tierra que echaban
al enterrar tus restos mi alegría enterraban...
¡Nenito, mi nenito! yo quiero irme contigo
vivir sin esperanza es el mayor castigo
en el mundo tengo quien me alienten a vivir
tus hermanitos…pero…
yo quiero irme contigo, muñequito.
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